Ahí tenéis a Carlos en el jardín que creó en Villaverde hace diez años junto a las vías del tren. Si hiciésemos un flash back hacia 1975 nos lo encontraríamos con una pose aún más icónica en la opera rock "Jesucristo Suoerstar" que Camilo Sesto estrenó en el Teatro Alcalá de Madrid, pero esa es otra historia.
Si viajásemos en el tiempo hasta 2013 veríamos a Carlos junto a sus tres nietas sentadas en el parque situado al lado de las antiguas vías de tren de la Renfe que atravesaba Villaverde a la altura de la estación de Puente Alcocer, frente al actual Mercadona.
Carlos y sus nietas de 5, 4 y 3 años estaban comiendo almendras. La más peueña le preguntó que si de esa almendra podría crecer un árbol
Su abuelo, natural de un pueblo de Segovia, con pasado rural, le comentó que por supuesto, y que en ese momento iban a plantar unas en una franja de terreno junto a las vías del tren para que creciesen.
Carlos no tenía mucha esperanza en que arraigasen en un terreno tan pobre, pero el deseo fue más fuerte que la fertilidad del suelo. Al año siguiente aparecieron dos plantitas de almendros y empezó a cuidarlas.
A los almendros les acompañaron media docena de plantas de tomate que un vecino le trajo al verle jardinear muchas mañanas. A los tomates le siguieron unas plantas de calabza, luego habas.
Carlos inició entonces su "plan ecológico": Proteger el jardín con vallas, emulando al castor que apila troncos sobre el cauce de un río y plantar ciruelos tras las vallas para ir creando una barrera natural que balizase el jardín. Cuando los ciruelos hayan crecido y formen seto, Carlos retirará las maderas que lo jalonan y liberará el jardín.
Cuando nos fuimos del jardín castor el día que conocimos a Carlos nos puso un audio de voz de una canción que había compuesto sobre la pandemia. También nos comentó que Camilo Sesto le decía durante los ensayos de Jesucristo Superstar que bajase el tono, que le costaba llegar. Pero esa es otra historia